jueves, 15 de diciembre de 2011

Los colores del invierno



Me gusta el invierno. No sé por qué es, exactamente. Tal vez es porque nací en invierno.

El día que yo nací no brillaban estrellas singulares y esas cosas poéticas. El día que yo nací hacía frio y caía aguanieve de forma constante. Eso es lo que dice mi padre.

Así que, aunque muy tardío, nací en un día de invierno.

El invierno me ilusiona. Especialmentre entre diciembre y febrero. Me gusta poder disfrutar de las noches oscuras pero cristalinas. Los cielos de obsidiana y ágata azul.
Las lunas de invierno siempre me han parecido más grandes, más brillantes, más seguras.

Me gustan los amaneceres de invierno. Esos días en los que cuando salgo de casa aún es noche cerrada y que mientras camino hacia el trabajo veo cambiar el mundo.

Cuando está a punto de amanecer, especialmente en invierno, el cielo se llena de luz. Colores preciosos, mágicos, totalmente imposibles de reproducir, de retener. Y después, cuando el cielo torna a miel y fuego... entonces esos colores llueven sobre la tierra. Y todo parece gris, azulado, plateado. Como si sonriera melancólicamente.

En ese momento es cuando más me gusta el invierno.

martes, 13 de diciembre de 2011

Este blog lleva "abandonado" casi un año.... un año diverso, complejo y muy muy ocupado.
Las comillas implican una pequeña explicación. No es que no quisiera escribir en él, no que no tuviera inspiración o temas. Tampoco una cuestión de tiempo.
Ha sido básicamente una cuestión de orientación y exceso de proyectos.

Me planteé que necesitaba re-orientar notas de nevera. Cuando lo creé, hace ya tiempo, tenía otro trabajo y otra forma de vida. Tenía muchos huecos en los que invertir cavilaciones. Y las cosas iban más o menos encauzadas. Y entonces decidí liarla.

Liarla. Eso quiere decir: decidí comenzar un par de cursos a distancia. Decidí empezar un par de proyectos literarios. Decidí escribir un blog que fuera como yo, medio serio y medio tonto. Un poco pagano, un poco otaku, un poco loco, un poco literario y algo de diario personal. Y entonces... me traicioné a mi misma.
Me traicioné a mi misma y no me dejé escribir sobre nada que no fuera paganismo. De alguna manera deseé dar la sensación de que respiraba, comía, vestía y (perdoneseme por "lo ordinario") cagaba paganismo. Y además, haciendo reflexiones desde un punto de vista genérico, para intentar que nadie se sienta excluido. Al final, me excluí a mi misma en ese intento por ser inclusiva e interesante. Me sentía presionada.

He renunciado a ser interesante.

Tampoco es que haya solucionado mi lio. He terminado los cursos. Aunque me planteo empezar otros. Mis proyectos literarios siguen en marcha, a fuego extremadamente lento. En realidad estoy empezando otros.

Ahora tengo un trabajo para el cual necesito estar fuera de casa durante 13 horas diarias, y no me deja espacio para demasiado descanso.

Mi casa está cambiando. Mi familia está cambiando (y espero que cambie). Pero sobre todo, mis prioridades han sido reordenadas. He perdido y he ganado. He cambiado.

¿Quiere decir eso que volveré a escribir habitualmente en este medio? No lo sé. Es posible. También puede que no. Lo que sé es que si escribo ya no será exclusivamente sobre paganismo. Sé que si escribo, será lo que quiera y cómo lo quiera. Sé que no pensaré en "escribir un artículo", ni en si gusta.

Voy a tomar cualquier papel y garabatear mensajes de cualquier manera. Así que pido disculpas por adelantado.

sábado, 1 de enero de 2011

Año nuevo, Hoy, el Solsticio u Octubre


Los paganos vivimos con varios calendarios, con varias formas de concebir el tiempo. Esto es complejo incluso para aquellas personas y grupos que llevan mucho tiempo viviendo en dos o mas concepciones de tiempo, cuanto no para una persona que se siente interesada o que no lleva muchas ruedas en su tradición.

Tiempo ciclico vs. Tiempo Histórico

Vivimos en una sociedad que tiene como referente el concepto histórico del tiempo. El tiempo es lineal, ha comenzado en algún punto del pasado y acabará en algún punto del futuro. Todo lo que vivimos es una conscución de tiempo, del nacimiento hasta la muerte, que simplemente sucede. El pasado queda en la historia y el objetivo de la persona es permanecer en la mente de los demás o en la propia historia.

Sin embargo, esto no es así para las tradiciones paganas. El tiempo es una cuestión ciclica que se renueva constantemente. En el ciclo del día, en el de la luna, en el del año e incluso en el de la propia vida humana, el tiempo gira, se agota y debe volver a empezar.
Cuando una tradición tiene rituales de saludo o convocación del sol, lo que hace es exhortar al propio tiempo a comenzar de nuevo. Cuando se concibe la noche como el caos primigenio (algo muy común en las tradiciones paganas mediterraneas y continentales), este mismo ritual reactualiza el mito de la creación del tiempo y de la separación de los elementos conocidos del caos. Los rituales estacionales de todas las tradiciones paganas tienen en una pequeña parte ese sentido intrinseco de renovación y una vez al año, lo tienen de forma mucho más patente.


Inicios de ciclo seculares (no religiosos)

Social y secularmente, los primeros de año son celebraciones de un nuevo ciclo, y esa es la celebración básica de nochevieja -año nuevo.
De un modo no demasiado brillante nuestros espíritu intranscendente, divertido, inmanente, concupisciente y sencillamente fiestero, ha descubierto una forma de arraigar en nuestro sentido del tiempo ciclico. Por que el ser humano tiene la necesidad de celebrar el paso del tiempo entendido como una escalera de caracol.
La espiral ascendente, o la escalera de caracol, son simbolos sencillos que ayudan a entender la visión del tiempo del ser humano occidental actual.
Sin habernos liberado del entendimiento del tiempo como un ciclo, debido a la experiencia ciclica tan marcada en nuestra naturaleza (ciclos de sueño-vigilia, rutinas laborales etc), hemos sido criados en un tiempo lineal que debe combinarse con la experiencia propia. Por ello, tendenmos a vernos a nosotros mismo caminando en una via que es repetitiva, pero que sin embargo sigue avanzando. Al llegar a ciertos puntos de la experiencia de este ciclo secular de vida sencillamente el ser humano necesita marcar que ha llegado a dar la vuelta y por tanto, sube un escalón. Esto es lo que ocurre en las celebraciones de cumpleaños, en las que decimos a los nuestros: "he subido un escalón, felicitadme", y también en los cambios de año, en las que nos decimos:" la sociedad ha subido un escalón: felicitemonos entre nosotros."

¿Carecen de un sentido profundo estas celebraciones? Eso es algo que depende solamente de nosotros mismos y nuestra forma de afrontarlas.
¿Necesitamos las celebraciones seculares? ¿Necesitamos que las dotemos de un significado mucho mas profundo de el de compartir el cambio de escalón genérico con los demás... de compartir la celebración con la sociedad en general y formar parte del continuo humano.

Cambio de año pagano

Entonces, cuando cambiamos de año los paganos? Cuando renovamos los ciclos?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el calendario actual no concuerda con los que los antiguos pueblos paganos. No conocemos demasiada variedad de calendarios antiguos, aunque sabemos que los romanos implantaron en epoca imperial un calendario solar basado en el egipcio que fue mantenido largo tiempo. También conocemos en parte el calendario soli-lunar Coligny, de origen celta, que sin embargo no sabemos si era reconocido de forma amplia por la población local de la epoca.

Lo que sabemos por seguroo es que hay un gran número de tradiciones paganas, y que cada una de ellas marca el final de año donde lo ha decidido. De manera genérica tendríamos las tradiciones mediterráneas, que marcan el final del año en el mes de diciembre, las nórdicas, que lo marcan en la noche de pleno invierno y las tradiciones de reigambre celta, que marcan el fin de año con el comienzo de la parte oscura del año, con el caos primigenio.

¿Es alguna de ellas "correcta"? Pues ni más ni menos correcta que cualquier otra. Es más, muchas otras tradiciones renuevan su tiempo un poco cada fiesta, dando un pequeño empujón a la rueda en lugar de uno enorme.


Publicado originalmente en http://pfi-esp.org/content/view/214/198/

Ciclotimia estacional: pleno invierno

Jól, Yule, Pleno invierno...

Fiesta que huele a leña y cenizas, a quedarse en la cama mucho tiempo.
Noches eternas, espiritus soñolientos y fuegos pequeños en espera de que las cosas crezcan.

Pleno invierno es el sueño de un niño que juega con dragones y gigantes, escalando realidades.