Jól, Yule, Pleno invierno...
Fiesta que huele a leña y cenizas, a quedarse en la cama mucho tiempo.
Noches eternas, espiritus soñolientos y fuegos pequeños en espera de que las cosas crezcan.
Pleno invierno es el sueño de un niño que juega con dragones y gigantes, escalando realidades.
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