miércoles, 2 de mayo de 2012
Ser mamá
Reconozcamoslo, no hay nada en ser madre que lo haga automáticamente la mejor experiencia de la vida.
Ser mamá no te cambia y te convierte en una superheroína. No te hace ser glamourosa de golpe. Tampoco te hace ser peor de lo que eres. No te convierte en un desastre con piernas.
Ser mamá no te hace especial. No es una excusa en la que centrar toda tu existencia.
No voy a decir que ser mamá no te cambie la vida. Te la cambia.
No voy a decir que tener un pequeño no absorve, no hace que te intereses por otras cosas o no cambie tu forma de hacer, pensar y planificar.
No voy a decir que no sea una experiencia enorme e intensa que para muchos significa un paso más allá en el desarrollo natural del ser humano en todas las dimensiones.
Pero reconocelo. No sólo eres mamá. Y tu vida estará compuesta y será descrita por los millones de pequeñas decisiones y segundos que la compongan y no por tener o no un hijo.
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