miércoles, 2 de mayo de 2012

Comentaristas y opinadores

El mundo está lleno de comentaristas y opinadores. Está lleno de contertulios en potencia. Pueden tener perfiles más o menos variados, desde los señores vetustos de los programas matinales de la radio hasta las marujas histéricas y maleducadas (más allá de su género y ocupación) tipo salvame.

 Los vemos cada día, cuando hablas de casi cualquier tema. Pero hay temas que dan más pie que otro a sacar la vena opinadora. Sobre todo dependiendo de tu grado de confianza con el otro y los palos que te haya dado la vida al respecto. Me explico: cuanta más confianza, más a la ligera se opina y menos se espera que la otra persona sea susceptible, aunque la lógica indique lo contrario. Así mismo, cuanto más palos te da la vida, más cuidadoso eres en tus opiniones. No solo te piensas dos veces el darlas, si no que buscas formas de hacerlo que sean lo más respetuosas posibles.

 Quiero anotar que para respetar a otro no sirve solamente decir "Eh, tu sabes que te respeto" después de haber soltado aquello que se te haya ocurrido. Nadie consideraría que después de haberse dicho cualquier salvajada, los tertulianos de salvame dijeran que es desde el cariño y el respeto. Es más, te quedas con la canción de que necesitarían un diccionario y un asistente personal para encontrar la palabra.

 La gente encuentra especialmente interesante, por lo que he podido observar últimamente, ser opinadores sobre la opinión de otros en temas de moralidad, política y religión. Habitualmente lo hacen antes de que tú opines, y de forma tan tajante que o bien decides montar un show por el que sabes que te pagarían bien en telecinco, pero gratis, o bien te muerdes la lengua y pasas de la polémica.

 Pero sin duda, el tema estrella para los opinadores es la crianza y todo lo relacionado. Da igual que los opinadores sean casados o solteros, tengan cero niños o diez o si ni siquiera quieren tener alguno en su bendita vida. Da lo mismo si apenas tienen 20 años y "se acuerdan" de cómo los criaron, si han tenido la oportunidad de criar niños recientemente o si la última vez que criaron a nadie fue hace más de 40 años. Al parecer todo el mundo tiene la verdad sobre cómo criar a un ser humano. Y sobre todo, se caracterizan por opinar sobre absolutamente todo aunque tú no quieras su opinión.

 Normalmente opinan que lo que decides está mal. Porque claro, criar a un niño es cuestión de pura lógica y sentido común. Algo que tú, que estás gestando a tu vástago, queda más que patente que no tienes.

 ¿Has leído muchos artículos científicos, libros, escuchado experiencias de otros padres, hablado con psicólogos, educadores, pediatras... para tomar tus decisiones? No importa. Porque ellos opinan, y su opinión es más importante que la tuya. Faltaría más. Es más, eres una persona horrenda por sentirte atacado o criticado sin fundamento. Ellos saben más de la vida que tú. Son imparciales. Además, sabes que en realidad creen que lo que hagas con tu hijo es cosa tuya, pero...

 Y ahí está siempre el pero. Pero todo el mundo tiene más razón y está más informado que tú. Porque tú has demostrado que eres tonto al tener un hijo. Y ya está.

 Hagan un favor a la humanidad, contertulios del mundo. Por favor, guárdense sus opiniones para quien y cuándo se las pidan. Opinen lo que quieran en la intimidad. Y respeten DE VERDAD a los demás, escuchando sus motivaciones, sin prejuicios y procurando aplicar sabiamente las réplicas y objeciones que se tengan para que sean objeciones reales y no pataletas porque "x no es bueno", "x no está bien" o "x no es normal".

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